sábado, 11 de mayo de 2013

El MPP expresa su dolor por la partida de Javier Diez Canseco


El movimiento popular y la izquierda peruana y latinoamericana se encuentran conmovidos ante la pérdida de uno de sus hijos. Javier Diez Canseco se nos ha ido luchando sin descanso, como luchó desde su infancia,y deja tras de sí una estela de consecuencia que siempre será reconocida por nuestro pueblo, deja a las nuevas generaciones la exigencia de continuar la lucha por un Perú nuevo dentro de un mundo nuevo, tarea que deberemos enfrentar asumiendo nuestros propios desafíos.



Hoy, a la partida de Javier, pensamos en ese horizonte que nos plantea surgido de su corazón y su pensamiento a través de sus palabras: “nos imaginamos un Perú donde todos podamos ser felices, podamos echar al vuelo nuestra imaginación y podamos ejercer nuestros derechos,ese es el Perú que queremos”, ese es el Perú de sus sueños y los nuestros, y ese es su legado de lucha que llevamos en lo más alto de nuestras banderas para continuar movilizando su esperanza de transformación en el corazón de nuestra gente.



La partida de nuestro querido compañero marca también el momento en que una nueva generación debe asumir la tarea de reconstruir un camino socialista para el pueblo peruano, un socialismo que recoja lo mejor de nuestra historia y nuestras raíces, y sea  capaz de asumir los desafíos de la nueva escena contemporánea, desde una nueva radicalidad política. Se trata de forjar un proyecto anclado en nuestras raíces, pero también dispuesto a ir a la raíz de los grandes problemas que afronta la humanidad. Para nosotros y nosotras se trata de luchar contra toda forma de dominación y desarrollar la potencia y el protagonismo del pueblo, en todos los campos, desde abajo, desde adentro, para superar la civilización de muerte en que nos hallamos atrapados.


Además de ello, no podemos dejar de mencionar la última tarea en la que Javier estuvo tan intensamente involucrado y que se vincula a lo anteriormente dicho: la construcción de una herramienta política que nos permita superar la crisis en la que hoy se hallan las izquierdas. Una herramienta que, recogiendo sus reflexiones sobre la experiencia de Izquierda Unida, debe ser más que una alianza electoral, debe convertirse en un espacio de unidad en la diversidad, a partir de la cual articulemos todas nuestras luchas y seamos capaces de multiplicar la acción política de las mayorías, el ejercicio concreto y transformador de la democracia para impulsar la refundación del país. Una tarea que implica no sólo el ejercicio del gobierno, sino sobre todo la transformación concreta de las condiciones de vida de los y las peruanas, como también una “reforma moral e intelectual”.


Los que hemos vivido con Javier las luchas e incluso discrepado con él en las marchas y contramarchas del movimiento popular, extrañaremos su presencia física pero sabremos mantener viva la llama que encendió en nosotros para mantener el camino por un Perú mejor, sin opresión, pobreza y desigualdades, y sin darle un minuto de descanso a aquellos que tiñen de corrupción, violencia, injusticia y apatía la vida del pueblo peruano.


Como decía el Che, debemos ser capaces siempre de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Esa es la cualidad  que Javier nos supo trasmitir  desde su consecuencia en las luchas por las causas populares y de su defensa de los derechos de las clases oprimidas de este país y de Nuestra América.


El Movimiento por el Poder Popular, heredero de las mismas causas justas que abrazamos junto con él, hoy lo recuerda entre nosotros con respeto y admiración y nos solidarizamos con sus deudos y con el dolor de toda la izquierda peruana por su partida.



                                     ¡Cuando un revolucionario muere! ¡Nunca Muere!
                                                    ¡Crear,forjar, Poder Popular!
                                                  Movimiento por el Poder Popular

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